El profesor Matti Aapro, miembro de la junta directiva de la Unión Internacional para el Control del Cáncer (UICC), hace un balance de la lucha contra el cáncer en el mundo. Fundada en 1933 y con sede en Ginebra, la Unión Internacional para el Control del Cáncer (UICC) es la organización más grande y antigua dedicada a la lucha contra el cáncer en todo el mundo, con 1.180 miembros en 172 países y territorios.
El tratamiento del cáncer en Suiza ha logrado avances significativos en los últimos años. ¿Qué pasa con el resto del mundo?
Somos muy privilegiados en Suiza. Tenemos acceso a todas las últimas innovaciones en detección y tratamiento del cáncer, así como a un buen seguro médico. Desafortunadamente, en muchas regiones, los pacientes aún no tienen acceso a tratamientos básicos como la quimioterapia. La OMS informa que las mujeres que viven en países con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) más bajo tienen un 50% menos de probabilidades de ser diagnosticadas con cáncer de mama que las mujeres que viven en países con un IDH alto. Todavía tienen muchas más probabilidades de morir de la enfermedad debido al diagnóstico tardío y al acceso inadecuado a un tratamiento de calidad. Incluso en Estados Unidos la situación no es sencilla debido a la falta de cobertura de seguro médico. En la UICC intentamos combatir esta desigualdad en todo el mundo.
¿Qué debemos hacer para reducir el número de nuevos casos de cáncer?
¡Todo el mundo sabe que hay que mejorar la prevención! Pero en los países que carecen de recursos, es difícil transmitir el mensaje de prevención. La reducción del tabaquismo en muchos países desarrollados, incluida Suiza, ha provocado una disminución del cáncer de pulmón en los hombres. Necesitamos tomar medidas similares para reducir el consumo de alcohol, combatir la obesidad, y mejorar nuestra dieta. Es más, debemos recordar que, cuando combatimos los factores de riesgo de cáncer, también contribuimos a reducir otras enfermedades. Por ejemplo, las medidas antitabaco reducen no solo el cáncer, sino también las enfermedades cardiovasculares.
Dicho esto, debemos tener cuidado con la forma en que presentamos nuestros mensajes de prevención. En un ejemplo de hace unos años, artículos científicos encontraron una correlación entre el consumo de carne a la parrilla y un mayor riesgo de cáncer gástrico. Creo que es contraproducente asustar a la gente innecesariamente. Muchos cánceres se deben a un comportamiento excesivo. Hacer algo poco saludable de vez en cuando, no es nada grave.
¿La llegada de tratamientos nuevos, efectivos, pero costosos, no exacerbará la desigualdad entre los países ricos y los pobres?
No necesariamente. Cuando se lanza un nuevo tratamiento, la industria tiene que recuperar su inversión vendiéndolo a un precio elevado en países que puedan permitírselo. Después de eso, las patentes caducan y los precios bajan, lo que, en teoría, hace que estas innovaciones sean asequibles en todo el mundo. Con el próximo Congreso Mundial sobre el Cáncer que se celebrará en Ginebra en septiembre de 2024, la UICC está coordinando los esfuerzos de varias organizaciones e industrias para mejorar el acceso, concretamente a través de la Coalición de Acceso a Medicamentos Oncológicos (ATOM).
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