Martin Vetterli, presidente de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL), está preocupado por los recortes presupuestarios de la institución.
Durante el 25 de enero, Martin Vetterli tomó su expreso matutino y recibió un comunicado de prensa del Consejo Federal Suizo. Debido a un déficit que podría alcanzar los 2.500 millones de francos suizos a partir de 2025, la Confederación anunció varios recortes presupuestarios. Uno de ellos era para las EPF. En 2025, las dos escuelas recibirán 100 millones menos de lo previsto. Otra mala noticia para la investigación suiza. Pero el presidente de la EPFL no se rendirá sin luchar. Martin Vetterli defendió apasionadamente la investigación, la innovación y la educación, los campos a los que se ha dedicado su vida.
En los últimos meses, las comunidades científica y académica están haciendo sonar la alarma. Suiza podría correr el riesgo de perder su excelencia. Pero sigue gozando de gran prestigio en los rankings internacionales ¿Está Suiza realmente en riesgo?
Somos muy buenos, eso es cierto. Pero esta excelencia en educación, investigación e innovación no cayó del cielo. Es el producto de 50 años de inversiones. Este conocimiento no es inquebrantable. Si queremos seguir en la cima, debemos seguir invirtiendo en educación, investigación e innovación, que son esenciales para el futuro. No soy el único que lo cree: la industria y los sectores económicos también lo dicen.
Pero la situación está empezando a desmoronarse. Antes, Suiza siempre estuvo entre los países que recibían el mayor número de subvenciones del ERC, las más prestigiosas subvenciones europeas concedidas a los investigadores. Hoy ni siquiera estamos en el ranking, porque hemos sido excluidos de los programas europeos de investigación durante los últimos tres años. A nivel nacional, los presupuestos asignados son cada vez menores. En este contexto, será difícil mantener la excelencia de Suiza en los próximos años.
La ciencia es una competencia. Hoy somos los líderes, pero a muchos países les encantaría ocupar nuestro lugar. Y están invirtiendo cantidades enormes para hacer precisamente eso. Para mantener nuestra posición, no podemos dormirnos en los laureles. Necesitamos seguir trabajando e invertir. Cada día es un desafío.
De 2025 a 2028, el Consejo Federal planea invertir 29.700 millones de francos suizos en investigación, educación e innovación, un aumento del 2% en términos de valor nominal ¿No es eso suficiente?
Empecemos reconociendo que por primera vez el Consejo Federal presentó su propuesta de financiación de la educación, la investigación y la innovación (despacho ERI 2025-2028) a un proceso de consulta. Eso es algo muy bueno, porque abrió un debate público sobre el tema. Para mí, a esta propuesta le faltan varios elementos clave.
El aumento presupuestario real será solo del 1,6% para los EPF, que incluyen las dos instituciones tecnológicas ETH Zurich y EPFL, así como otros cuatro centros de investigación (PSI, WSL, Empa y Eawag). Nos vemos afectados por ambos lados: los fondos afectados por la Confederación apenas aumentan, si es que aumentan, y los gastos aumentan. Los salarios de nuestros empleados, por ejemplo, estaban indexados a la inflación, al 2,5%. Eso es excelente para ellos, pero tiene un impacto en nuestro presupuesto. Además, la inflación nos afecta directamente: podemos verlo cuando pagamos nuestras facturas de electricidad y cuando compramos equipos para nuestros laboratorios.
También necesitamos invertir para garantizar nuevas misiones y cubrir nuevos temas como la inteligencia artificial. Pero no hay presupuesto para eso. La propuesta inicial del Consejo Federal es un documento de 360 páginas en que el término "inteligencia artificial" sólo aparece una vez. En esta época, tal omisión resulta bastante sorprendente.
Finalmente, el número de estudiantes en la EPFL aumenta entre un 4% y un 5% por año, lo que también aumenta los costos. En cierto modo, la EPFL es víctima de su propio éxito. En 12 años, el número de estudiantes de pregrado se ha más que duplicado, pasando de 5.283 en 2010 a 10.894 en 2023. En este contexto, la propuesta de financiación del Consejo Federal para el periodo 2025 - 2028 no es nada ambiciosa. Es una disminución de los fondos, y eso significa que no tendremos más remedio que reducir nuestras ofertas.
En este contexto, ¿Está planificando con anticipación?
Absolutamente. En enero de 2024, por ejemplo, lanzamos una consulta hasta el 18 de marzo para limitar el número de nuevos estudiantes. A partir de 2025 y por un período de cuatro años, el número de estudiantes universitarios admitidos en la EPFL podría limitarse a 3.000. Con esta medida provisional queremos volver a la situación que teníamos en 2020 y, por tanto, garantizar una educación de calidad y las mejores condiciones de aprendizaje posibles. En concreto, cualquiera que apruebe el bachillerato suizo, sea o no nacional suizo, seguirá teniendo acceso ilimitado a la EPFL. Sin embargo, el acceso para estudiantes internacionales con diferentes diplomas será limitado. Lamento esta decisión porque nos excluye de muchos talentos y priva a la industria suiza de graduados altamente cualificados. Pero no nos queda otra opción.
Desde hace tres años, Suiza está excluida del programa de investigación europeo Horizon. ¿Cuáles son las consecuencias financieras para la EPFL?
Antes que Suiza fuera excluida de los programas europeos, los fondos representaron aproximadamente el 6% de nuestro presupuesto. Por tanto, el impacto es limitado, especialmente teniendo en cuenta que la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia implementó medidas provisionales para reemplazar las prestigiosas subvenciones del Consejo Europeo de Investigación (ERC). Pero vale la pena señalar que con las subvenciones europeas, el 50% de los fondos asignados a Suiza volvió a formar parte de los EPF. Cuando Suiza concede fondos equivalentes, solo el 25% vuelve a los EPF. Cuanto más nos alejamos de la decisión, se convierte más en una cuestión de experiencia antes que política. La competencia es más difícil, pero también más transparente, a escala europea en lugar de limitarse sólo a Suiza. Debo decir que soy partidario de las subvenciones europeas del ERC. El programa es una máquina bien engrasada.
Más allá del aspecto financiero, ¿Cuáles son las otras consecuencias de la exclusión de Suiza del programa Horizon?
No podemos investigar solos en un rincón. Necesitamos colaborar con otras instituciones de investigación. Antes, Suiza lideraba muchos proyectos y muchas redes. Ahora está cada vez más aislado. Estudiantes y profesores siguen viniendo a la EPFL, pero la pregunta de nuestra relación con Europa para la investigación es siempre realizada cuando hacemos entrevistas de contratación. Lo mismo ocurre con los recursos humanos de ETHZ. Además, varias startups suizas han trasladado algunas de sus actividades comerciales a la Unión Europea para mantener el acceso a los fondos europeos.
Para compensar la separación de Europa, la Confederación anunció en 2021 que iniciaría colaboraciones científicas con otros socios como China y Estados Unidos. ¿Puedes contarnos sobre eso?
Esa no es una buena idea. Por supuesto que podemos firmar acuerdos de colaboración científica con India, China, Brasil, y Estados Unidos. Pero al final Suiza sigue estando en el centro de Europa y es mucho más fácil colaborar con nuestros vecinos que hacer amigos al otro lado del mundo.
En noviembre pasado, Suiza y la Comisión Europea anunciaron que se reanudarían las conversaciones sobre la reintegración en Horizon Europa. ¿Cómo tomaste esta noticia?
Es una noticia maravillosa. Suiza podría potencialmente volver a unirse a Horizon Europa ya en 2024. Pero siempre tendremos una espada de Damocles sobre nuestras cabezas. El riesgo es que Suiza y la Unión Europea no se pongan de acuerdo sobre otros temas que no tienen nada que ver con la investigación, la educación y la innovación. En cualquier caso, este debate probablemente se decidirá mediante votación popular. Y eso es genial. El pueblo suizo debe plantearse las preguntas adecuadas: ¿Quiénes somos? y ¿Adónde vamos? En mi opinión, estamos en el centro de Europa y no en una isla en algún lugar en el medio del Atlántico.
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