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Foto del escritorRedacción TBT

Fuga de cerebros: la crisis que amenaza a Latinoamérica


La creciente inseguridad en América Latina está empujando a miles de personas, en especial profesionales capacitados, a buscar un futuro en otros países. Este fenómeno, conocido como "fuga de cerebros", ha golpeado con fuerza a países como Colombia, donde la violencia y la falta de oportunidades laborales han llevado a muchos a abandonar su tierra natal. Expertos señalan que Chile podría estar en la antesala de un proceso similar, especialmente ante el aumento de la criminalidad.


El incremento de delitos violentos, como secuestros extorsivos y homicidios, ha generado una sensación de peligro que afecta no solo la calidad de vida, sino también el desarrollo económico de los países. En Chile, la delincuencia organizada ha ganado terreno, provocando una crisis de seguridad que afecta a diversos sectores. Según un estudio de CLAPES UC, el costo económico relacionado con la delincuencia casi se duplicó entre 2013 y 2022, aumentando un 94% en esos diez años. Como porcentaje del PIB, los gastos relacionados con la inseguridad pasaron de un 1,4% en 2013 a un 2% en 2022.


Este ambiente de inseguridad no solo implica pérdidas económicas, sino que también podría traducirse en la pérdida de talento humano. La emigración de profesionales calificados, que buscan seguridad y mejores oportunidades, representa un desafío adicional para las economías de nuestra región.


Chile: en riesgo de repetir el caso colombiano


El fenómeno de la fuga de cerebros, tan presente en Colombia, podría replicarse en Chile. Aunque aún no se observan señales claras de que esto esté ocurriendo, algunos especialistas temen que las condiciones estén dadas para que suceda. Para que tengas una referencia, el economista Sebastián Claro, ex vicepresidente del Banco Central de Chile, advirtió en una columna sobre el impacto que la inseguridad podría tener en el país. Según Claro, el costo social de la criminalidad es enorme, ya que afecta tanto al clima de negocios como a la vida cotidiana de los ciudadanos. La fuga de cerebros, argumenta, es una reacción casi inevitable en un ambiente donde las personas sienten que su seguridad está en juego.


En Colombia, los efectos de la violencia y la inseguridad ya se han hecho evidentes. Según el informe "Migración post pandemia: los desafíos de la cohesión social", de Juan Manuel Chávez, en 2021, más de tres millones de colombianos dejaron el país, mientras que ingresaron casi dos millones de extranjeros. Entre las razones principales para emigrar se encuentran la falta de empleo y la inseguridad.


Leonardo Hernández, director alterno de CLAPES UC, indicó que Chile ha visto llegar a muchos profesionales colombianos en las últimas décadas, lo que muestra cómo la inseguridad en un país puede generar movimientos migratorios de personas altamente calificadas. Para muchos jóvenes con alto capital humano, la posibilidad de emigrar a países más seguros y con mejores perspectivas laborales se convierte en una opción cada vez más atractiva.


Índice Global de Competitividad de Talento en 2023

Países que atraen mejor talento en el mundo:

  1. Suiza

  2. Singapur

  3. Estados Unidos

  4. Dinamarca

  5. Países Bajos

  6. Finlandia

  7. Noruega

  8. Australia

  9. Suecia

  10. Reino Unido

Fuente: Bloomberg


Consecuencias para la economía chilena


La fuga de cerebros tiene repercusiones profundas en la economía. Tal como lo advierte Tomás Izquierdo, economista y gerente general de Gemines, el crimen organizado genera múltiples externalidades negativas, entre ellas la pérdida de talento. Los profesionales más capacitados tienen la capacidad de elegir dónde vivir y trabajar, y en un contexto de inseguridad, es más probable que opten por mudarse a lugares que les ofrezcan mayor estabilidad y calidad de vida.


Izquierdo nos asegura que, si bien es difícil medir con precisión el impacto económico de este fenómeno, es evidente que la salida de talento humano afecta la productividad del país. A medida que los profesionales emigran, se reduce el capital humano disponible, lo que a su vez disminuye la competitividad de la economía. Además, la inseguridad también desincentiva la inversión, ya que las empresas prefieren operar en entornos más estables y con menores riesgos.


El economista también destaca que la mayoría de la población no tiene la capacidad de emigrar. A diferencia de los profesionales más calificados, que pueden optar por buscar oportunidades en el extranjero, las personas con menos recursos quedan atrapadas en un ciclo de inseguridad y violencia, sin opciones reales para mejorar su situación. Algo que seguramente debe ser tema de conversación en tu espacio de trabajo o en tu entorno más íntimo.


La inseguridad y sus efectos regresivos


Uno de los aspectos más preocupantes de la creciente inseguridad es su impacto desproporcionado en los sectores más vulnerables de la sociedad. Como explica Leonardo Hernández, la delincuencia es altamente regresiva: mientras que las personas con mayores recursos pueden protegerse mediante sistemas de seguridad privada, los más pobres no tienen esa opción. Esta brecha amplía aún más las desigualdades sociales, como quizás puedes notar, ya que los sectores más ricos pueden mitigar los efectos de la inseguridad, mientras que los más desfavorecidos quedan expuestos.


Hernández también subraya que la delincuencia no solo afecta nuestra vida diaria, sino que también tiene un impacto negativo en el crecimiento económico a largo plazo. A medida que los profesionales y las inversiones salen del país, la productividad disminuye, lo que a su vez frena el desarrollo económico. En un escenario donde la inseguridad sigue aumentando, las perspectivas de crecimiento para países como Chile se ven gravemente comprometidas.


El caso colombiano es un ejemplo claro de cómo la inseguridad puede erosionar tanto el tejido social como el económico de un país. La migración masiva de profesionales calificados ha debilitado la capacidad de Colombia para retener y desarrollar talento, lo que ha generado un círculo vicioso en el que la falta de oportunidades y la violencia se retroalimentan.


Índice Global de Competitividad de Talento en 2023

Países mejor situados de América Latina y el Caribe (entre paréntesis, su ubicación en la clasificación general):

  1. Chile (34)

  2. Uruguay (43)

  3. Costa Rica (47)

  4. Trinidad y Tobago (60)

  5. Argentina (61)

  6. Jamaica (66)

  7. Brasil (69)

  8. Colombia (72)

  9. México (74)

  10. Perú (82)

Fuente: Bloomberg


El desafío de retener el talento en Latinoamérica


Para evitar que la fuga de cerebros se convierta en una realidad irreversible en países como Chile, es necesario implementar políticas que mejoren tanto la seguridad como las oportunidades laborales. Esto implica no solo reforzar las medidas de seguridad, sino también crear un ambiente propicio para el desarrollo profesional y la inversión.


Expertos coinciden en que la clave para evitar la fuga de talentos es ofrecer un entorno en el que las personas puedan crecer y desarrollarse sin tener que temer por su seguridad. De lo contrario, los países latinoamericanos corren el riesgo de perder a sus mejores y más brillantes profesionales, lo que tendría consecuencias devastadoras para sus economías y sociedades.


En resumen, la fuga de cerebros es una amenaza latente que podría tener efectos duraderos en el desarrollo de los países de América Latina. La combinación de inseguridad y falta de oportunidades laborales está empujando a muchos profesionales a buscar una vida mejor en otros países. Si no se toman medidas para abordar estas problemáticas, la región corre el riesgo de enfrentar una pérdida significativa de capital humano, lo que afectaría su capacidad para competir en el mercado global.


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