El pasado 5 de agosto, ocurrió una caída en los mercados mundiales, denominada como lunes negro, debido a los registros de pérdida, especialmente en la bolsa americana y japonesa, las cuales se vieron afectadas por factores macroeconómicos, tales como la publicación de los datos laborales débiles en Estados Unidos, del 2 de agosto, en que mencionaba un aumento en el desempleo sobre un 4%, generando preocupación sobre la mayor economía del mundo y de paso, creando especulación sobre una posible recesión en la economía americana.
La otra causa fue por el aumento de las tasas del banco japonés a un nivel nunca visto en 15 años. Su gobernador, Kazuo Ueda, indicó que tenía intención de seguir haciéndolo, lo cual desencadenó en una fuerte apreciación del yen y fuertes movimientos en los mercados mundiales (muchos inversionistas de forma masiva liquidaran sus activos). En esta situación, muchos inversionistas pidieron préstamos en yenes y compraron acciones estadounidenses, producto de la diferencia entre el precio del yen y el dólar.
¿Qué sucedió en los mercados bursátiles?
La semana pasada comenzó con una brusca caída en las acciones de Estados Unidos, debido a las crecientes preocupaciones sobre una desaceleración económica (aumento de la tasa de desempleo y los temores por una recesión en EE.UU.) con las acciones tecnológicas particularmente afectadas y también se vio marcada por la apreciación del yen. En base a aquello, podemos ver algunas caídas fuertes e importantes del mercado, como las siguientes:
Dow Jones Industrial Average: es un índice bursátil que rastrea el desempeño de 30 de las empresas más grandes de EE.UU. Como tal, es un indicador clave de la fortaleza del mercado financiero y uno de los índices de referencia de renta variable más cotizados del mundo. Registró una caída sobre un 2.5%.
S&P 500: uno de los índices bursátiles más reconocidos en Estados Unidos. Agrupa a 500 de las empresas más grandes y líquidas que cotizan en la Bolsa de Nueva York (NYSE) y NASDAQ. Este índice es elaborado por la empresa S&P Dow Jones. El 5 de agosto abrió con una caída superior al 3%.
NASDAQ: acrónimo de National Association of Securities Dealers Automated Quotation. Es la segunda bolsa de valores electrónica automatizada más grande de Estados Unidos y se caracteriza por comprender las empresas de alta tecnología en electrónica, informática, telecomunicaciones, biotecnología, entre otras. Este cayó sobre 4.5% a primera hora del lunes pasado.
Nikkei 225: es el principal índice bursátil de referencia de la evolución del mercado japonés. Es un índice ponderado por precio, formado por las 225 empresas con mayor liquidez que cotizan en la Bolsa de Valores de Tokio. Su caída superó al 12% al comenzar aquella complicada jornada de lunes.
En estas situaciones, podemos notar como las bolsas globales vivieron una jornada negra, con importantes bajas en sus indicadores. Una de las más afectadas fue la bolsa de Japón, debido a una ola de ventas que condujo a su mayor caída en décadas (apreciación del yen, que como consecuencia hizo que muchos inversionistas de forma masiva liquidaran sus activos). Veamos gráficamente como fue la evolución de la bolsa japonesa el último mes:
En la gráfica se puede apreciar la caída del mercado desde el 2 de agosto, el cual reventó el mencionado lunes, ya con los sucesos consumados del aumento de tasas por parte del banco japonés y además, la incertidumbre por una posible recesión luego de los informes de desempleo en Estados Unidos. En valores numéricos, podemos mencionar que esta tuvo una caída sobre el 12% la cual se ve reflejada en esa pendiente negativa, confirmando una de las peores caídas en la bolsa de Japón en décadas.
¿Cómo se recuperó el mercado?
En los días posteriores al lunes negro hubo indicadores positivos, impulsados por la recuperación del Nikkei 225 del 6 de agosto, con un efecto rebote sobre el 10%. Durante la misma semana, este indicador volvió a recuperar territorio, tras caer sobre un 12% (su peor día desde el colapso del lunes negro de 1987). Este efecto de recuperación fue sostenido en los días siguientes, debido que el vicegobernador del Banco de Japón, Shinichi Uchida, afirmara que la entidad no subiría las tasas mientras los mercados siguieran inestables, lo cual deprecia el yen, acción contraria a la realizada el 31 de julio, por el banco japonés. Esta noticia ayudó al repunte de los indicadores de mercado. Aunque en efecto total, al terminar la semana, el Nikkei no se recuperó totalmente, registrando en términos variables un 11.24%. En menos de una semana, Japón trastocó por completo las expectativas mundiales sobre sus mercados y su economía, afectando las perspectivas a corto plazo para los mercados japoneses, que siguen siendo inestables, debido a los diferentes cambios macroeconómicos que conlleva el país.
Otro de los hechos que ayudaron al repunte de los indicadores bursátiles, fue la opinión de expertos sobre los datos de empleo en Estados Unidos de cara a los próximos meses, en los cuales hacen referencia a que este aumento de desempleo era esperado, por lo que inversores y analistas esperan un repunte de los indicadores macroeconómicos en el corto plazo. Estas opiniones, más la recuperación de la bolsa japonesa ayudaron a la mejoría de los mercados bursátiles, en especial los indicadores ya mencionados, que cerraron la semana pasada de esta manera:
Dow Jones Industrial Average se recuperó en términos variables en un total de 2.05% (falta de recuperación a la caída del lunes negro un 0.55%, sobre la caída que fue sobre 2.60%).
S&P 500 se recuperó en términos variables en un total de 3.04% (terminó la semana en números positivos con un 0.04%, superando la caída de 3% en el lunes negro).
NASDAQ se recuperó en términos variables en un total de 4.18% (cerró la semana en números positivos con un 1.22%, superando la caída del lunes negro en 2.96%).
Nikkei 225 se recuperó en términos variables en un total de 11.24% (falta de recuperación a la caída del lunes negro un 1.16%, sobre la caída que fue sobre 12.4%).
A pesar de estos rebotes, el mercado se mantiene a la cautela en el corto y mediano plazo, debido a las diferentes publicaciones macroeconómicas que se aproximan. También, el factor político puede cambiar la situación, debido a las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, que históricamente afectan de manera notoria a los diferentes mercados.
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